Netflix: la fábrica de contenido

Aún recuerdo un pequeño discurso integrado en la película “Tesis” de Alejandro Amenábar, donde Jorge Castro (tras las palabras de Amenábar), se dirige a un grupo de futuros cineastas para aconsejarles sobre dar al público lo que el público pide. Era 1996.

Hoy, veinte años después, no es novedad hablar de plataformas como Netflix, Cuevana o Waki.tv, donde el espectador ya tiene acceso legal al contenido que quiere ver, en el momento en que él decide verlo. Digamos que han aprovechado ese vacío que nos hacía sumergirnos en las profundidades del contenido ilegal para poder acceder a nuestros deseos en el momento exacto, y lo han convertido en plataformas atractivas, rápidas, intuitivas y sobre todo legales.

Cada vez son más numerosos estos “videoclubs digitales” donde podemos pasar horas y horas metidos curioseando series y viendo películas. Sobre todas estas plataformas, la ganadora sin duda es Netflix, coronándose tras haber sabido crear su propio contenido de calidad.

Series como House of Cards, Orange Is the New Black o Narcos, son algunos de los éxitos que recopila Netflix. Aunque no sea la primera plataforma en realizar este tipo de contenido, sí es primera en hacerlo bien, ya que Netflix cada vez que crea una serie, la lanza completa para que el espectador pueda administrarse los capítulos como desee sin necesidad de esperas o pausas.
Además, Netflix cuenta con tarifas bastante reducidas, por lo que podemos disfrutar de todo su contenido por un módico precio. Aunque si he de decir algo malo de la plataforma, es que el número de películas online es todavía insuficiente.

La creación de contenido cada vez está más presente en las marcas que deciden apostar por nuevos proyectos. Es el caso de la nueva serie de Netflix, Stranger Things. Esta serie, por la que ninguna cadena apostaba, hoy se ha convertido en una de las series del verano.

Por lo tanto también se abren oportunidades para que los creadores expongan su trabajo de forma profesional.